En México, las familias multiespecie fueron reconocidas este 2 de marzo de 2023, mediante una sentencia emitida por la Magistrada Sánchez Cordero, donde expone el papel que tienen los animales domésticos como integrantes de la familia. Sin duda alguna, esto es un hecho histórico, ya que ahora este tema no solo le compete a los dueños, sino que involucra al sistema jurídico y por supuesto eso hará que tenga más peso en el sector de la construcción. Sin embargo, a pesar del reconocimiento social, político y legal que hay sobre el cuidado de las especies, aún hay trabajo por hacer; además, los animales domésticos no son los únicos que hay que proteger.
Cada vez que la mancha urbana crece, aunque sea de forma planeada, se arrasa inevitablemente con flora y fauna. Si bien esto tiene como objetivo brindar vivienda a la población, muchas veces se pierde de vista que se quita espacio a otro ser vivo. Según la Comisión Nacional de Áreas Verdes Protegidas, alrededor del 10% de la biodiversidad del planeta está en México y cada día se pierden miles de especies debido a la falta de cuidado y conservación de sus ecosistemas. Esto resulta alarmante y genera una necesidad irrefutable de diseñar hábitats no solo para los humanos, sino también áreas que contemplen a los seres que nos rodean.
Por tal motivo, han surgido diversos programas que buscan regular y fomentar la protección de especies dentro de las comunidades. Estos programas se trabajan en conjunto con el gobierno para asegurarse de que las especies tendrán las condiciones adecuadas en todo momento y algunos contemplan la entrega de apoyos o reconocimientos a los participantes. Aunque no están específicamente dirigidos a los habitantes de un condominio, en pláticas de discusión vecinal se analiza la posibilidad de albergar pequeñas especies en el propio entorno de la comunidad, con el objetivo de convertirse en sustentables y amigables con el entorno en donde se insertan.
De acuerdo con la PROSOC, uno de los mayores inconvenientes en los complejos habitacionales es el destino y mantenimiento de las amenidades, ya que no todos hacen uso de las mismas, ocasionando que algunos prefieran dejar de pagar el mantenimiento. Sin embargo, este tipo de proyectos fomentan la participación y la conciencia colectiva al interior de un complejo; valores que siempre se han visto favorecidos para disminuir la morosidad y los conflictos internos. Al final, el objetivo es que las áreas comunes no solo funcionen como áreas de recreación, sino como santuarios de protección de flora y fauna, evitando que los vecinos sientan que ese dinero se va a un fondo perdido. Además, resulta idóneo para los desarrollos que están retomando técnicas tradicionales de bioconstrucción como el adobe, el bambú y la madera.
Aún analizándolo desde el punto de vista económico, podría resultar benéfico para los residentes del espacio. Haciendo un símil, este principio de protección a las especies, funciona muy bien para las empresas catalogadas como socialmente responsables; por lo que también puede generar un impacto positivo en los compradores y arrendadores el hecho de saber que ayudarán a un proyecto de conservación mientras viven ahí. De tal suerte, que se podrá cambiar la manutención de albercas por un ajolotario o por un parque botánico que cuide cactáceas, biznagas u orquídeas. Un diferencial único y especial que otorga valor tanto al inmueble, como a la comunidad que participa en el proyecto. Por si fuera poco, este tipo de proyectos se puede implementar en desarrollos existentes y no solo en futuras construcciones.
En resumen, la organización de vecinos de una comunidad puede ser una estrategia efectiva para cuidar y conservar diferentes especies al interior de las viviendas, no como mascotas sino mediante programas de protección. Esto marca una diferencia entre la recuperación de la biodiversidad local y el aprovechamiento de todos los recursos para crear espacios sostenibles. Al final, hay que recordar que las amenidades no solo son espacios decorativos, sino que deben ser espacios sustentables que favorezcan la salud, la calidad y el bienestar de todos los seres que conviven, ¿y por qué no? incluso darle cabida a más especies de nuestro ecosistema.
POR: LIZVETTE LUNA, SAFETOC
Es un texto de la edición 138 https://inmobiliare.com/inmobiliare-138/
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